Por Jocelyn Dominguez – @jocelyndomin

BUENOS AIRES, Argentina, 16 de octubre de 2017.- El deporte guarda un sinfín de historias que merecen ser contadas, y las disciplinas especiales suman varios capítulos de las mismas. Es la ciudad de Panamá testigo de la historia de Jesúa Archibold, hijo de Ricardo Archibold, que desde su nacimiento comenzó haciéndole frente al desafío que le puso el destino. “Tengo muchas metas con él, y si volviese a nacer le pediría a Dios que me lo mande así mismo”, aseguró con orgullo Ricardo, padre de “Archito” quien hace poco cumplió seis años.

Ricardo (padre) y Jesúa (hijo) Archibold

Los caminos de Archie y los atletas de olimpiadas especiales dieron sus primeros pasos antes de que Jesúa venga a este mundo. “Dios me comenzó a preparar previo al nacimiento de Archito. Trabajé muchos años en Olimpiadas Especiales con chicos que tenían parálisis cerebral, Síndrome de Down y sabía lo que era estar en contacto con un niño especial. Abrazarlos, alentarlos, para mí era todo”, recordó Archie.

A la madre de Jesúa Archibold “le diagnosticaron preeclampsia (es una complicación médica del embarazo, y se asocia a hipertensión) y el niño nació falto de oxígeno en el cerebro y me dijeron que tendría parálisis cerebral”, recordó como si fuese ayer el padre de la criatura quien además detalló: “Me preparé psicológicamente y me dije que era una bendición para mí. No lo tomé triste, sino con mucha alegría. Dije que con él iba a aprender muchas cosas y él me iba a enseñar también. Y yo también debía enseñarle muchas cosas”.

Con la práctica del deporte la felicidad se nota en el rostro de Archito quien luce una hermosa sonrisa. “Deseaba que mi hijo alguna vez sea deportista, y por suerte el sueño se está cumpliendo. Lo anoté en la disciplina de bochas. Entrena, se lo ve feliz. Además le encanta ver boxeo, e incluso relata los goles de los partidos de fútbol”, se enorgullece Ricardo quien, además, cuenta: “los triunfos de mi hijo son considerados como triunfos propios también. Es un niño que siempre anda con una sonrisa y gracias a él aprendí que todos los días debemos sonreír a pesar de todo”.

Y por último Archibold demostró agradecimiento al decir que “Dios manda al mundo niños especiales para padres especiales. Nunca escondo a mi hijo. Donde voy camino con él. Tengo muchas metas junto a mi hijo y si volviese a nacer le pediría a Dios que me lo mande igual. Es algo muy lindo tener a un niño especial, algo hermoso”.