Arturo Couoh Amador – ac.amador@gmail.com
TIJUANA, Baja California, México, 10 de diciembre de 2018.- Sin lugar a dudas, uno de los eventos de mayor trascendencia para el deporte juvenil a nivel mundial y, desde luego, en lo particular para el desarrollo deportivo de México y Baja California han sido los Juegos Olímpicos de la Juventud.
Esta nueva fiesta ha cumplido apenas su tercera edición, luego de realizarse la más reciente en Buenos Aires, Argentina, en la cual México tuvo presencia en el podio y, desde luego, con una buena contribución por parte de atletas del programa de talentos de Baja California.
En estos juegos compitieron 4012 atletas pertenecientes a 206 países, a los que se sumaron los Equipos Internacionales Mixtos, integrados por competidores de diversas naciones en los dos géneros y que actuaron bajo la Bandera Olímpica.
La cantidad entre competidores masculinos y femeninos fue la misma por vez primera en un evento organizado por el comité Olímpico Internacional.
Los Juegos de Buenos Aires 2018 reunieron a más de un millón de espectadores a nivel mundial, además, por primera vez, no se utilizaron estadios para las ceremonias de apertura ni de clausura. En la primera, el escenario elegido fue el Obelisco en la emblemática avenida 9 de Julio de la capital argentina. La segunda, tuvo lugar en la Villa Olímpica de la Juventud que se edificó en las afueras de Buenos Aires cercana al complejo del Parque Olímpico en la zona del Antiguo Parque Roca, cercano al Lago Lugano.
En esta edición estuvo presente el ex-presidente del Comité Olímpico Internacional, Jacques Rogge, en calidad de invitado especial, quien asistió a diferentes competencias, entre ellas las regatas de Canotaje en la zona de Puerto Madero.
Fue durante la gestión de Rogge, que tuvo lugar esta nueva iniciativa, de acercar el movimiento olímpico a las nuevas generaciones de atletas y también de promover los ideales del mismo e inclusive hacer que naciones que difícilmente clasificaban a competencias de amplia magnitud, tuvieran la oportunidad de ser representadas en diversos deportes y que, por ende, sus atletas en formación fueran capaces de adquirir un fogueo importante desde temprana edad.
La primera edición fue la de Singapur 2010, aún con Rogge en funciones. Cuatro años después, Nanjing 2014, fue el primer evento en el que Thomas Bach figuraba ya como máximo dirigente del olimpismo en el orbe.
A partir de ese momento, una nueva era iniciaba con el ex esgrimista alemán como dirigente palpable por un clima de renovación en el liderazgo de la institución, al igual que una mezcla de sencillez y cercanía con los jóvenes.
En Nanjing, una comitiva de voluntarios, en su mayoría adolescentes acompañaba a Bach en diferentes escenarios. China fue un gran ejemplo como país anfitrión y organizador para después dejar la batuta a Argentina, siendo la nación sudamericana la primera de Latinoamérica en albergar unos Juegos Olímpicos de la Juventud y la tercera en un evento Olímpico en cualquier categoría, pues previamente, México y Brasil figuraron como anfitriones de los Olímpicos mayores en 1968 y 2016.
En Buenos Aires se buscó desarrollar una filosofía de sustentabilidad. Los deportes fueron distribuidos en diferentes parques. El parque principal albergó la mayoría de los eventos en salas multiusos, además de que estadios como los de Hockey y Atletismo, por ejemplo, fueron erigidos con estructuras tubulares móviles, algo similar a lo sucedido en los Olímpicos de Londres 2012.
En el Bosque de Palermo (algo así como el Chapultepec bonaerense) sucedió también lo mismo con el voleibol de playa, el triatlón y el ciclismo; mientras que en los diques de Puerto Madero, con el apoyo de la prefectura naval Argentina, se instaló un escenario de primer nivel para las competencias de remo y canotaje, mientras que en una zona ady acente se erigió el «Parque Verde» donde por primera vez se celebraron competencias de Baile, BMX, y Basquetbol 3 x 3.
Una innovación en estos juegos fue la implementación del Pase Olímpico de la Juventud, consistente en una pulsera electrónica con la que se validaba el ingreso de los asistentes a los parques y escenarios de competencia, lo cual marcaba un registro preciso de los movimientos del público.
Además, la prensa acreditada tuvo la facilidad de contar con una tarjeta o pase múltiple para el uso de la Red Subterránea de Transporte o Metro, para desplazarse en los diferentes puntos de la ciudad. Además de que la acreditación fue también válida como documento para el uso de la red de autobuses urbanos.
México participó con 93 atletas con 52 mujeres y 41 hombres. De este contingente, Baja California, aportó 8 mujeres y 1 hombre. La delegación nacional se ubicó en la posición 21, con 12 medallas totales, de las cuales 3 fueron de oro, 3 de plata y 6 de bronce, superando a superando a países como República Checa, Egipto, Suecia y Grecia (Continuará).