Por Arturo Couoh Amador <ac.amador@gmail.com>
TIJUANA, Baja California, 16 de agosto de 2018.- Hay muchos temas en el tintero luego de los resultados obtenidos (por los atletas bajacalifornianos que integraron la delegación de México) en los Juegos Centroamericanos y del Caribe, afortunadamente la gran mayoría para bien.
El desarrollo regional es la clave para la contribución en resultados a nivel macro o nacionales.
Hay países que han demostrado que dada la vasta extensión territorial y por motivos geopolíticos o geoeconómicos, apostaron en diferentes momentos históricos por regionalizar sus programas.
En la antigua Yugoslavia, la región de Croacia se caracterizaba por su competitividad en disciplinas como el balonmano y el fútbol, al igual que Serbia en el caso de este último. Estas dos «repúblicas» también aportaban basquetbolistas al igual que Montenegro.
En la Ex-URSS, Uzbekistán, Kazajistán, Armenia y Azerbaiján preparaban a los boxeadores y a los especialistas en disciplinas de combate, al igual que Turkmenistán, mientras que en la zona de Tajikistán, el atletismo especializado en lanzamiento, dadas las características somatotípicas de sus residentes y nativos, era su fuerte.
Además, los antiguos Soviéticos al igual que los Chinos han aprovechado su cercanía con naciones como Mongolia, donde también las disciplinas de carga, combate y fuerza tienen un arraigo milenario. No en vano los descendientes de Atila y Gengis Khan también han probado ser guerreros en la halterofilia y los deportes de contacto.
Hoy en día, estas naciones se ubican en la punta de lanza a nivel mundial u olímpico. Cada región o provincia aportaba algo en especial a los equipos nacionales.
El Comunismo pereció en Rusia y en la antigua Yugoslavia así como en otras naciones de Europa del Este pero se mantuvo la estructura de lo que pudo rescatarse hasta finales del Siglo XX e inicios del XXI: los programas deportivos y culturales que dieron resultado en aquellos regímenes.
En el pasado mundial de fútbol de Rusia 2018, varios de los integrantes de la Selección de Croacia, subcampeona del mundo, nacieron a la sombra de la Guerra de los Balcanes.
Y por si fuera poco, hace once años, durante el mundial juvenil femenil de voleibol efectuado en Tijuana, la selección de Serbia sorprendió a propios y extraños con una generación brillante y que en la actualidad forma parte del equipo mayor.
Varias de esas jovencitas también habían nacido en pleno conflicto armado y como en la canción de Miss Sarajevo, salieron a ganarse el corazón del mundo. Un año después de ese mundial, varias de ellas jugaron los Juegos Olímpicos de Beijing y hoy son figuras consagradas como Nina Rosic o Sanja Malagurski.
Hoy en día, en naciones como Brasil, dada su amplia territorialidad, la política organizativa y estructural de su deporte federado originó que a nivel nacional las cuerpos rectores se agruparan en «Confederaciones» y cada zona o región geográfica conforma una federación deportiva, compuesta a su vez por múltiples asociaciones.
De los campeonatos zonales van saliendo los ganadores que ascienden hasta determinar a los mejores del país. Pero en cada región existe talento con el cual se trabaja. Por si fuera poco, hay federaciones en los Estados Unidos donde las asociaciones no son estatales ni provinciales, sino se estructuran por situación geográfica.
En lugar de una Asociación estatal de volleyball de Illinois o Michigan, por ejemplo, existen las Asociaciones zonales como las de Grandes Lagos (O great Lakes) que agrupa varios estados o comunidades cercanas entre sí. Inclusive hay estados en los que el programa de un municipio pertenece a una asociación zonal y el de municipios ubicados en el mismo estado, a otra por cuestiones de proximidad.
Esto le ha dado una mayor versatilidad al modelo de trabajo de USA Volleyball, por ejemplo, cuyas sub-estructuras organizativas no son manejadas por entes públicos sino asociaciones civiles indepentes pero afiliadas y reconocidas con el aval de lo que ellos llaman el «National Governing Body» (Ente Rector Nacional).
Una buena parte de los medallistas mexicanos y bajacalifornianos ha obtenido un fogueo adicional a sus fases formativas, al ser reclutados por programas universitarios extranjeros ya sea en la NCAA o la NAIA, dos de las mejores organizaciones académico-deportivas que existen en el mundo, si consideramos que la élite en este ámbito se encuentra al otro lado de la frontera.
Disciplinas como el Boliche, la Natación, los Clavados, el Voleibol, Baloncesto, Softbol, Fútbol y, desde luego, el Atletismo, poco a poco han servido de «pasaporte» para jóvenes que, una vez terminado su proceso de elegibilidad, para competir en Olimpiada Nacional y Nacional Juvenil adquieren nuevas oportunidades tanto en el plano competitivo como en el académico equilibrando su labor de atleta y futuros profesionistas.