La Habana, Cuba, 28 de abril de 2015.- Por estos días se respiran aires renovadores en la capital cubana. La Habana acoge gustosa a un amplio grupo de colegas de más de doce países –incluyendo a la sede- para de conjunto intercambiar conocimientos sobre las maneras muy particulares de hacer periodismo deportivo en nuestras naciones.
Por Iván Morales Morales (Cuba) – atomicxm@gmail.com
En poco menos de dos semanas hemos recibido provechosas conferencias de renombrados profesores acerca de lo más actual que se gesta en este maravilloso mundo de relatar, comentar o escribir sobre la actividad física. Sin duda, han sido días de intercambio y de una constante retroalimentación personal y cultural. Algo que todos agradecemos.
Ha captado mi atención de forma particular durante estas jornadas la manera diversa en que cada uno de los integrantes de este postgrado internacional -organizado por el habanero Instituto Internacional de Periodismo José Martí- asume las maneras de conformar su texto y, con este, elaborar el título.
Aquí he visto de todo. Cada medio –salvando las distancias entre las realidades de la prensa en esos países, donde lo comercial desempeña un rol de sostén financiero, y la que existe en Cuba- utiliza estrategias válidas para encabezar sus productos comunicativos. Unos más atractivos e inteligentes que otros; pero al final todos cumplen su objetivo.
De igual forma, lo noticioso –o tal vez lo que para algunos es verdaderamente noticioso- cobra matices diferentes más allá de nuestras fronteras. No pocos aspectos pesan e inciden sobre los cronistas llegado el momento de sentarse a concebir. Es ahí cuando la creatividad aflora y marca la diferencia.
Los cronistas de la Mayor de las Antillas vemos el tema de la titulación periodística por un prisma permeado por no pocas cuestiones subjetivas. Aunque en ocasiones tenemos material de donde “agarrarnos” para construir un encabezado bien atractivo y sugerente, optamos por el facilismo y nos quedamos apenas en lo informativo.
Así, de forma tan sencilla, se esfuma la oportunidad de crear un gancho, de atrapar al lector y “obligarlo” a continuar la lectura. Buenos referentes –en el ámbito nacional y foráneo- se sobran. Literatura al respecto también. Mas, continuamos obviando preceptos elementales y transitando por caminos trillados.
¿Cómo trascender los límites de lo común en el titular? Preparándonos cada día más, abriendo el diapasón hacia aquello que pueda ser ingenioso, claro, directo y conciso. Cursos como este atizan el fuego de la sabiduría, despiertan ese ángel que todos llevamos dentro y que por momentos cercenamos sus alas.
Darle riendas sueltas a la imaginación llegado el momento de denominar nuestras creaciones es un buen ejercicio. Beber de otras fuentes también. Intercambiar con otros miembros del gremio periodístico global posibilita tomarle el pulso a cuánto se hace en otras naciones y extraer las esencias de los mejores ejemplos.
Espacios como el que hoy sesiona en el Instituto Internacional de Periodismo José Martí de La Habana se antojan muy necesarios y útiles. Un colectivo pedagógico de lujo pone a disposición de los alumnos las más avanzadas técnicas del buen hacer. Ellos solo “sirven la mesa”. Nos toca a nosotros degustar el exquisito plato. Al menos este comensal ya se siente satisfecho.