Por Gabriel Cazenave (Paraguay) – gabriel@abc.com.py
ASUNCIÓN, Paraguay, 21 de julio de 2020.- La pandemia por el nuevo coronavirus o covid-19 ha puesto al deporte en general, a sus seguidores y al periodismo deportivo de rodillas ante una realidad que hoy podemos asegurar que es mucho más seria que la que nos imaginamos en un principio.
La actividad deportiva se va desperezando luego de cuatro meses de congelamiento pleno, que demandó ingenio y mucha paciencia de parte de los deportistas para conseguir mantener la forma atlética y no echar a perder meses, años o hasta décadas de culto al físico, su verdadera y única herramienta de trabajo de una sola vez.
La misma angustia se ubicó en los aficionados, que normalmente abrumados por la oferta televisiva y un amplio menú de opciones, en especial los fines de semana, de pronto se hallaron ante la realidad que lo único que podía tener ante sus ojos eran evocaciones, numerosas veces reiteradas, de hazañas legendarias o los paneles periodísticos de TV, informativos o de opinión, convertidos en rompecabezas digitales, un “screen” difícil de diferenciar visualmente entre una propuesta y otra.
Por eso es que se habla de una nueva normalidad, que aun no se ha instalado por completo, pero hacia la que nos vamos conduciendo, con nuevas normas, pero muy estrictas, por la subordinación plena a los parámetros sanitarios, que influyen no solo en la no admisión, salvo contadas excepciones, de aficionados en los escenarios deportivos, sino hasta en las reglas para las celebraciones y el uso de los vestidores.
Ya adentrándonos en lo que les toca a los periodistas deportivos, posiblemente porque sea el segmento que mejor conocemos, las consecuencias de este fenómeno viral, son terribles. Medios de comunicación cerrados, periodistas dependientes e independientes sin ocupación y barreras estrictas a la labor, en nombre de la pandemia, con el alto riesgo que se conviertan en permanentes, pero ese “distanciamiento periodístico” resulta del agrado de muchos directivos del deporte y hasta de algunos atletas.
¿Cómo enfrentar este duro escenario? Pregonando por todos los canales posibles que los periodistas no van a ser los que se opongan a los protocolos sanitarios que eliminan conferencias de prensa y zonas mixtas, pero sí serán los encargados de recordar que cuando la ciencia ponga a disposición la vacuna que derrote a este inesperado virus, será el momento de regresar a la vieja normalidad, con algunos aditamentos de la nueva, pero con la reinstalación de las libertades de trabajo que son además las que incorporan al paquete del espectáculo deportivo, el moño que lo hace resaltar gracias al análisis diverso y profundo de los especialistas y la extracción de los testimonios de los protagonistas con fórmulas idóneas de profesionales del ramo.
Mientras vamos observando este lento regreso de la actividad, nos queda aun tiempo para jerarquizarnos con la amplia gama de alternativas a distancia que la tecnología ha facilitado. AIPS y nuestra subsidiaria continental AIPS América se han ocupado de ello con seminarios hechos a la medida de colegas de todo el mundo. El e-College (8 sesiones para periodistas menores de 30 años), la conferencia por el Día Mundial del Periodista (2 de julio, con unos 700 participantes de 120 países) y la actual conferencia sobre la Mujer en el Periodismo Deportivo (205 conectados en la primera de las cuatro sesiones) constituyen propuestas gratuitas y accesibles, con traducción para eliminar las barreras idiomáticas. Con eso pretendemos lograr que lleguemos al final de esta historia más capaces para enfrentar el nuevo reto global.