GIANNI MERLO – PRESIDENTE AIPS
MUMBAI, 13 de octubre de 2023 – La elección de incluir cinco nuevos deportes en el programa olímpico de Los Ángeles 2028 seguramente suscitará polémicas y expresiones de burla por parte de quienes defienden el ideal del deporte puro y tradicional, es decir, el de su patria, y prefieren para no ver lo que pasa en otros lados. Analicemos las razones por las que el COI puede promover estas disciplinas e incluirlas en el programa olímpico de 2028.
LAS PROPUESTAS
De las cinco propuestas: Cricket, Béisbol-softbol, Squash, Lacrosse, Flag Football, las tres primeras son “normales”, prácticamente ya vistas, las otras una novedad intrigante. ¿Por qué deberíamos sorprendernos? Las jornadas olímpicas del breakdance nacerán en París…
HISTORIA
El béisbol-softbol ya formó parte de la familia olímpica, luego fue abandonado, pero readmitido en Tokio como deporte adicional y lógicamente no puede faltar en el programa olímpico de Los Ángeles. Squash ya había presentado su candidatura a principios de siglo, pero fue rechazada. El críquet está entrando en el mundo olímpico, es un deporte que cuenta con más de mil millones de aficionados. La Copa del Mundo ha comenzado aquí en la India y todo el país está concentrado en estos partidos. El equipo indio es muy fuerte pero, si no gana o se pierde la final, habría luto nacional.
US SPORTS
Las novedades, es decir, las dos propuestas que hacen arrugar la nariz a los puristas, son el Lacrosse y el Flag Football. Son dos deportes de origen americano, pero el primero tiene raíces históricas documentadas que se remontan al menos a hace cuatro siglos. Era un juego, dicen, de los nativos, de aquellos que luego fueron arrastrados por el progreso del hombre blanco.
El LACROSSE se juega con un bate o palo que tiene en la parte superior una raqueta de plástico cóncava, que sirve para recibir la pelota, un poco más pequeña que las de béisbol. Los 10 jugadores deberán portar casco con máscara, mentonera y protector bucal. Los codos deben estar protegidos para evitar daños por golpes que se puedan sufrir en contacto con el balón.
FLAG FOOTBALL, que también es impulsado por la NFL, es por el contrario un deporte sin violencia, lo opuesto al fútbol americano que conocemos. Se juega con 5 jugadores en un campo pequeño, y en lugar de placar al oponente, lo único que tienes que hacer es agarrar una de las dos bandas de tela que cada jugador lleva alrededor de su cintura. En cierto modo, parece un juego de preparación para los mariscales de campo y receptores abiertos. Es perfecto para actividades escolares.
EL PÚBLICO Y EL DINERO
El COI tiene, como todos los deportes, la necesidad urgente de encontrar nuevos espacios, nuevos públicos y nuevo dinero, porque los contratos caducan y para firmar nuevos son necesarias innovaciones o más bien adaptaciones a la realidad. De ahí la carrera frenética por encontrar soluciones adaptadas a la era de los microchips y la Inteligencia Artificial que estamos viviendo. Incluir deportes tradicionales estadounidenses en Los Ángeles es normal, también para ampliar la audiencia a entidades regionales y pequeñas. NBC lo necesita y eso también es normal. Cricket abre nuevos mercados con más de mil millones de espectadores, ¿deberían ignorarlo? Sería un suicidio.
CONCLUSIÓN
El deporte, no sólo el olímpico, vive una especie de crisis de identidad también porque el mundo vive momentos de angustia. Algunos directivos deportivos están desconcertados, confundidos, quizás abrumados por los momentos que no pueden comprender. Es hora de que nos demos cuenta de que ya no es la época dorada, donde pisamos alfombras rojas y ambientes exclusivos, sino que es hora de regresar a la cancha para entender cómo el deporte puede volver a ser verdadera cultura e inclusión, no mentiras y solo palabras.