San Pablo, Brasil, 20 de junio del 2014.- El triunfo de Uruguay fue importante, a tal punto que lo pone en carrea nuevamente para poder clasificar a slos Octavos de final de la Copa del Mundo. No tan importante sin embargo como al demostración y mensaje que dieron sus hombres en esta nueva gesta: en la diversidad somos mas hombres que nunca, nunca mas uruguayos.
Fernando Nürnberg/ San Pablo
Es posible que ante Italia no logre el objetivo, aunque lo deseamos como sudamericanos y admirador de su temple, pero quedaron en el Arena de Corinthians, desparramadas las gotas de sudor, las ganas de ganar y de luchar con dientes apretados, para modificar la imagen que dejo tras su derrota ante Costa Rica.
En esta batalla, los nombres de Luis Suarez y de Álvaro Pereira resume esta semblanza. El primero, que no necesitaba demostrar su pasta de crack al marcar los dos golazos que enrumba a la celeste nuevamente, sino porque venía de superar una lesión que demando una recuperación intensa, exigente y sacrificada. No solo eso. Poco después de comenzar el segundo tiempo dio muestras de estar acalambrado y se resistió a ser reemplazado porque intuía que podía marcar otra vez para ayudar a su equipo. Y lo logró!!! Y fue el héroe.
Pero, otra muestra de esa casta especial charrúa, fue la de Álvaro Pereira, que sufrió un golpe en la cabeza en un choque fortuito cuando Inglaterra asediaba para llevarse el partido. Estuvo algunos segundos inconsciente, el medico lo atendió e inmediatamente solicito su cambio para preservar su salud. El defensor recuperó conciencia plena y rechazó con vehemencia salir porque era uno de los guerreros que no podía abandonar a sus compañeros en plena lucha. Fueron momentos tensos que puso al técnico uruguayo en conflicto. Pero apenas el juez le señaló que podría reingresar, Pereira no lo dudo y volvió a formar parte de los guerreros de Itaquera. La batalla se ganó y sus nombres ya están alojados en la historia.
Esto es el futbol jugado por hombres, verdaderos hombres.