Por Pedro García Garozzo – corporaciondeportivafenix@gmail.com
ASUNCIÓN, Paraguay, 20 de febrero de 2019.- Febrero se llevó a los más grandes comentaristas de fútbol que desplegaron su actividad y dieron cátedra en la materia en tres países sudamericanos: Paraguay, Argentina y Uruguay; Julio Ramón Del Puerto Arce y Enzo Centenario Argentino Ardigó.
Más que en la casualidad creemos en la causalidad, por lo que se torna mucho más llamativo el hecho de hallarse estos verdaderos arquetipos para los comunicadores de hoy, separados apenas por tres dias en las efemérides de sus partidas hacia la Eternidad e identificados totalmente por el éxito en el desempeño de sus funciones en los medios radiofónicos donde actuaron.
Julio del Puerto, el mayor de los críticos deportivos paraguayos, nos dejó el domingo 17 de febrero pasado pocas horas antes de la disputa del superclásico del balompié guaraní entre Olimpia y Cerro Porteño en el Defensores del Chaco.
Enzo Ardigó, el máximo referente del comentario futbolístico de la Argentina y el Uruguay (ya en los tramos finales de su carrera), falleció en plena jornada de transmisión radial en una cabina del estadio Centenario de Montevideo un día 20 del mismo mes de febrero en el año 1977.
Ambos marcaron picos de audiencia récord y fueron dupla de los máximos narradores futbolísticos en estos países. Julio del Puerto primero secundó desde la opinión a otro insigne maestro del periodismo guaraní, Fernando Cazenave (Radio Caritas) y luego a Ovidio Javier Talavera (Ñanduti) a cuyo lado estableció plusmarcas de audiencia. Posteriormente alcanzó el apogeo de su gestión radial junto a Carlos Alberto Gómez registrando nuevos picos no alcanzados antes ni después en la conocida como «la nueva era de la radiofonía paraguaya» con el advenimiento de Radio 1° de Marzo. A la repentina muerte de Carlos, fue el comentarista de los más importantes narradores que sucedieron a Gómez como Arturo Máximo Rubín, Luis Enrique Pérez y Julio González Cabello. Durante prácticamente medio siglo los sucesivos medios en los que estuvo y los relatores con quienes compartió, han tenido la delantera en la audiencia y superlativo afecto popular.
Con Enzo Ardigó se dio un caso idéntico en la Argentina, siendo el gran referente de la crítica desde los albores del profesionalismo de AFA al lado del uruguayo Lalo Pelliciari primero y de Jose María Muñoz después, siempre en Radio Rivadavia, donde llegó con el segundo (conocido como el «Relator de América») a un rating de 85 por ciento, tope histórico. Después compartió con otro gran locutor deportivo, Eugenio Ortega Moreno y sobre el final de sus años secundó a Carlos Muñoz en Carve de Montevideo, Uruguay, hasta su muerte.
Entre ambos episodios marcan las Efemérides en estos días el nacimiento del doctor Sócrates (19 de febrero de 1954). El talentoso futbolista, médico y finalmente lider politico habia pedido: «Quiero morirme un domingo en el que mi Corinthians sea campeón». Y ocurrió así. Falleció en la madrugada del domingo 4 de diciembre de 2011. Y a solo horas de diferencia de su deceso, en Sao Paulo, el «Timao» de sus amores ganaba su quinto titulo nacional y se consagraba campeón de la Liga Brasileña al empatar sin goles con el Palmeiras.
No ha sido el único espíritu privilegiado que vaticinó el final de sus días. Famosos son los versos del insigne poeta peruano César Vallejo quien profetizó: «Me moriré en París con aguacero, un día del cual tengo ya el recuerdo».
El gran escritor paraguayo contemporaneo Bernardo Neri Farina despidió al maestro Julio del Puerto con este inspirado pensamiento: «Fue un clásico de los domingos. Por eso, tal vez, eligió irse un domingo de clásico».
Como un habilidoso del fútbol (Sócrates) o una privilegiada y genial pluma (Vallejo) que de alguna manera eligieron y diseñaron el decorado que adornó el escenario de los días de sus partidas, estos dos íconos de la opinión deportiva sudamericana (Del Puerto y Ardigó) sellaron plenamente sus últimos momentos en esta tierra, con la mayor pasión que por igual los ligó al fútbol como sus mayores referentes en la comunicación en su tiempo.