Escándalo en Uruguay y la incómoda verdad sobre la CONMEBOL Copa América

Por AIPS América

13 de julio de 2024

Cuando el delantero uruguayo Darwin Núñez agarró una silla e intentó arrojársela a la afición colombiana, la CONMEBOL Copa América Estados Unidos 2024 se había convertido en nada más que una imitación. 

En el torbellino que se desató en la parte baja del estadio Bank of America se vieron hinchas colombianos y uruguayos, jugadores uruguayos y sus familiares (con niños), auxiliares de seguridad, policías y policías. La violencia parecía imparable. Se lanzaron objetos de todo tipo. Se destrozaron caras. Había sangre y confusión. Los niños lloraban.

CELEBRACIONES Minutos antes, una Colombia brillante con 10 hombres había llegado a la final tras vencer 1-0 al equipo de Marcelo Bielsa. Las celebraciones de algunos jugadores colombianos provocaron la reacción airada de los jugadores uruguayos, con Luis Suárez como líder. Un momento estaba codo a codo con Borja e insultaba a Mina, pero al siguiente estaba abrazando y felicitando a James Rodríguez, el MVP del torneo. Mientras tanto, algunos de sus compañeros seguían con la bronca. Nada que el fútbol sudamericano no hubiera visto antes.  

CAOS El problema es que lo que ocurre en el campo se traslada a las gradas. Es imposible decir si este comportamiento desencadenó el caos que se desató en la semifinal en Charlotte, Carolina del Norte. Pero no ayudó, eso es seguro. 

Según el capitán uruguayo Josema Giménez, tras el pitido final, hinchas colombianos borrachos se lanzaron contra los familiares de los jugadores, “algunos de ellos con bebés recién nacidos en brazos”. La falta de personal de seguridad obligó a los jugadores a intervenir, añadió Giménez. En esa intervención, Darwin Núñez trepó al muro y terminó lanzando y recibiendo puñetazos. Le siguió Ronald Araujo. La madre del jugador del PSG Manuel Ugarte se desmayó. Mina Bonino, esposa de Fede Valverde, saltó al terreno de juego con su hijo en brazos y evitó por poco una botella lanzada desde lejos. Otra botella destrozó la cabeza del preparador físico uruguayo Santiago Ferro. Más tarde se demostró que la botella había sido lanzada por Rodrigo Bentancur. Fuego amigo. En otro video, se muestra al menos a un funcionario de la Federación Uruguaya lanzando un vaso a los hinchas, lo que desató una reacción peor. 

LENTA REACCIÓN  La CONMEBOL apenas publicó un comunicado general en su cuenta, condenando la violencia e invitando a los hinchas “a alentar a sus equipos y a tener una fiesta inolvidable”. Catorce horas después, con imágenes surgiendo desde todos los ángulos posibles, anunció que se abrió un procedimiento disciplinario “para establecer la secuencia de los hechos y la responsabilidad de los involucrados”. No suspendió provisionalmente a ninguno de los jugadores, lo que significa que todos ellos estarán disponibles para el partido por el tercer puesto del sábado contra Canadá. 

Cualquier decisión que tomen será criticada. Pueden prohibir la presencia de hinchas colombianos en las Eliminatorias y suspender a algunos jugadores uruguayos que fueron sorprendidos en flagrancia, incluso si estaban defendiendo a sus familiares. Lo que no pasará es que la CONMEBOL se suspenda a sí misma por esta brutal falta de organización en materia de seguridad. La final de la Copa Libertadores 2018 tuvo que jugarse fuera del continente porque no supieron aportar una mejor solución. El partido Brasil-Argentina de las Eliminatorias 2022 fue suspendido con un árbitro armado. El partido Brasil-Argentina de este año fue suspendido temporalmente tras una masacre de la policía local contra hinchas argentinos, con los jugadores intentando intervenir también. 

EL VALOR DE LOS MEDIOS Lo que también es interesante es que la mayoría de estas escenas vinieron de los medios de comunicación con derechos y de las redes sociales de la gente en las gradas. La transmisión oficial optó por ignorarlas, pero nunca ignoraron el cameo de 10 segundos del presidente de la CONMEBOL, Alejandro Domínguez, y su familia en las gradas, en cada uno de los partidos. Como le dijo Josema Giménez al periodista en la entrevista flash, «Me gustaría decir algo porque te están presionando para que no me preguntes y me cortes y no quieren que hablemos de esto». 

Su respetuosa declaración es también una invitación a reflexionar sobre qué pasaría si la organización y la comunicación funcionaran sin medios independientes que informaran de los hechos reales y sin acceso para hacer las preguntas adecuadas en el momento adecuado.  

Crédito. AIPS.

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