Por Pedro Garcia Garozzo – pggsport@gmail.com
Paraguay es un pais muy peculiar en cuanto a situaciones deportivas inverosímiles.
Quizá lo más curioso e insólito, es el hecho de haber participado en unos juegos olímpicos por primera vez antes incluso de que se fundase el Comité Olímpico Paraguayo. Fue en México 1968, cuando se produjo su intervención pionera con el esgrimista Rodolfo Alfredo Da Ponte. Recién el 11 de agosto de 1970, en el estadio Comuneros de Asunción, cobró vida la precitada entidad.
Justamente ese escenario deportivo y a la vez sede de la Confederación Paraguaya de Básquetbol, fue insólitamente expropiado por el gobierno siendo entonces el mayor estadio deportivo de perímetro reducido para deportes que hoy ya solo se practican oficialmente a nivel indoor, cuando quedó literalmente sepultado el que debía ser su techo a raíz de un tornado. Hasta nuestros días y pese a haber ganado dos juicios con fallo definitivo de la Corte Suprema de Justicia, la entidad baloncéstica no fue resarcida por la Comuna de la capital paraguaya.
Esto no es todo. Otra inverosímil situación ha vivido el que hoy es el Centro Acuático Nacional (CAN). Su construcción comenzó a fines del gobierno del dictador Alfredo Stroessner (derrocado el 2 de febrero de 1989). La obra se interrumpió a partir de entonces y quedó un cuarto de siglo abandonada, hasta que por fin, se pudo completar y fue inaugurada hace un año.
La Secretaría Nacional de Deportes, el ente estatal que tutela el quehacer deportivo en el país, al conmemorar el primer aniversario de la culminación de la obra, acaba de lanzar sendos cursos de nado sincronizado, hidro-gimnasia para adultos mayores y escuela de natación para todas las edades. Los mismos están orientados hacia la población de menores recursos, imposibilitada de realizar estas prácticas en clubes privados.
Hoy los asuncenos pueden disfrutar de un complejo acuático de primer nivel para practicar natación en pileta reglamentaria de cincuenta metros y con todos los requerimientos para el nado sincronizado, que está empezando a desarrollarse, así como para el waterpolo y con alberca complementaria para saltos ornamentales. En relación a esta última disciplina, se da otro llamativo hecho anecdótico: esta modalidad no se cultiva en el Paraguay. Sin embargo aportó la primera medalla de oro olímpica a nivel de Odesur. Fue en 1978 en los I Juegos Cruz del Sur de Bolivia. Fue Jorge Sarubbi quien gestó la hazaña, habiendo aprendido a practicar esta modalidad mientras cursaba estudios universitarios en el Brasil.