Por Lic. Cristian Torino, presidente de FAPED (*)
BUENOS AIRES, Argentina, 7 de noviembre de 2019.- No es nada fácil desarrollar una profesión en tiempos en que la sociedad se encuentra dividida por cuestiones que muchas veces ni ella misma puede interpretar, en que ciegos fanatismos se sobreponen a la luz de la razón, en que el redito de los negocios se impone a valores como la ética, la transparencia y la honestidad; en que el egoísmo personal desplaza el bien colectivo, aunque este sea el suyo propio y el que regirá a sus herederos en el futuro. Mucho menos ejercer la labor periodística en cualquiera de sus especialidades.
Desde el año 1938, en la República Argentina, cada 7 de noviembre se celebra el día del periodista deportivo. Como todo periodismo, el deportivo no es ajeno a los vaivenes ni las presiones sociales. No está exento de la lucha de poderes, ni de profundas cuestiones políticas, aunque su función sea comentar las alternativas del partido del barrio. El periodismo, para bien o para mal, cambia la vida de su audiencia, la moldea, le indica el camino. Cual excelso profesor, detrás de una cámara o un micrófono, enseña las cuestiones más básicas, no solo con su palabra sino también con su ejemplo. El periodismo no debe entenderse como una profesión más, no en vano es llamado “el cuarto poder”. Ese mismo poder que le asigna una gran responsabilidad. Por eso, un buen periodista debe enarbolar siempre la bandera de la ética y la responsabilidad por encima de sus preferencias partidarias, cuales quieran que estas sean.
En estos tiempos de periodismo urbano, medios digitales y fake news, todavía existen audiencias ávidas por el conocimiento verdadero, por desmenuzar la noticia a tal punto de desnudar un hilo de incoherencia o mentira oculta si es que existe. Aún hay quienes no se quieren quedar con el sonido de una sola campana, quienes interpelan con la razón más allá de la voz autorizada por el poder de turno. Hoy festejemos también por ellos, porque mientras ellos existan, habrá periodistas honestos.
Estamos en tiempos difíciles hasta para el periodismo deportivo y por eso es necesario reconocer, apuntalar y brindar por esos referentes éticos que quedan y que podemos encontrar hasta en el más recóndito y pequeño de los medios de comunicación, por esos capacitadores honestos del micrófono, por los que fortalecen la profesión, por esos ejemplos a seguir en los medios y en la vida. Por los que buscan y comunican las noticias con la honestidad más brutal aunque vaya contra sus propios intereses. Por los que postergan su familia y sus sueños por acercar un poco de verdad y alegría a una comunidad golpeada y desesperanzada que muchas veces solo encuentra satisfacción en un grito de gol de algún relator regional que le hace recordar que no todo está perdido, que aún quedan esperanzas. Por los que saben que por más difícil que parezca el partido siempre hay oportunidades para darlo vuelta. Por los que encuentran en el deporte una de las herramientas esenciales para transmitir los valores más puros. Porque saben que el deporte es uno de los movilizadores sociales por excelencia, en especial para los más desafortunados. Por los que entienden que con el deporte se puede forjar una sociedad mejor para todos. Por y para todos ellos, ¡FELIZ DÍA DEL PERIODISTA DEPORTIVO!
(*) Federación Argentina de Periodistas Deportivos