Defensa y ataque

Por AIPS América

1 de marzo de 2013

Sobre todo hoy, debemos entender el periodismo como una forma colectiva de comprender el mundo y la sociedad. Y en este partido tenemos que jugar todos, sin miedo.

Por Ignacio Pérez Tuesta (vicepresidente CPD Chile) – ipereztuesta@radiosport.cl

Discusión eterna en fútbol es la que separa, como si se tratase de agua y aceite, las dos formas de ganar un partido. “O se defiende o se ataca”, dicen muchos, pero pocos se detienen a pensar que una acción es imposible sin la existencia de la otra. Atacar y defender en bloque. Algunos le llaman equilibrio.

Y así como el fútbol, siempre he pensado el periodismo como una profesión y una forma de ver la vida y la sociedad de manera colectiva. También acá, a ratos se defiende y en otros momentos se ataca, aunque se nos acuse de no siempre encontrar el equilibrio.

Junto con diversos hechos de violencia en los estadios –que lamentablemente marcaron la agenda noticiosa deportiva–, el año pasado explotó algo que no es nuevo. El poder de ciertos jefes de barras bravas, que se pasean por oficinas de clubes y se reúnen con diputados, senadores, alcaldes y financistas informales, como si fueran gerentes de una empresa que está cerrando un contrato o un político en busca de votos.

En 2012 gran parte de la prensa deportiva chilena trató a los delincuentes por su nombre y varios medios, felizmente, no los consideran interlocutores válidos para sacarles una declaración si el equipo anda mal y ya no asisten a las “conferencias de prensa” que citan estos hinchas y amantes del lucro en el tablón (¿de dónde sacarán las direcciones de correo de periodistas?).

Se dio un paso importante en la responsabilidad social que debemos tener los periodistas deportivos en un área informativa de consumo masivo y, por ende, con grandes posibilidades de persuasión y alto porcentaje de generación de opinión pública. Pero no hay que olvidar que, aunque el tema esté saliendo lentamente de la agenda, aunque no haya bombos, aunque hoy existan torniquetes en las entradas de los estadios, guardias, cámaras y una nueva Ley de Violencia en los Estadios, los matones con camiseta (otros visten de civil, con ropa de respetables marcas internacionales) siguen operando desde la oscuridad de su cobardía.

El año que pasó, especialmente en los últimos meses, no son pocos los periodistas deportivos que fueron amenazados vía correo electrónico, Twitter, Facebook, llamados telefónicos e, incluso, rondándolos en sus lugares de trabajo y domicilios. También hay otros que han recibido “recados” avisándoles que se saben sus horarios, por dónde se mueven y a qué colegio asisten sus hijos.

Tipos que se esconden bajo el manto de organizaciones ilícitas, muchas de ellas financiadas por las propias instituciones deportivas –y escudándose en los verdaderos hinchas–, vociferando libertades y derechos que ellos no respetan desde el momento que el periodismo comenzó a tratarlos por lo que son.

En este escenario no sirven mucho las aventuras personales y solitarias al ataque, pero menos el silencio defensivo esperando que pase la hora. La mejor defensa hoy es pasar al ataque. El mejor ataque es escribir, publicar, denunciar, comentar y encender los micrófonos.

Sobre todo hoy, debemos entender el periodismo como una forma colectiva de comprender el mundo y la sociedad. Y en este partido tenemos que jugar todos, sin miedo.

En defensa y en ataque. Juntos, en bloque.

Artículos relacionados

Previous Next
Close
Test Caption
Test Description goes like this