Por Enrique Montesinos Delvaty – enriquemontesinos@gmail.com
Río de Janeiro, Brasil, 6 de agosto de 2016.- La Ciudad Maravilla se envolvió este sábado en una verdadera fiebre competitiva abarcadora de más de veinte deportes, unos cuantos en trámites clasificatorios, otros bendecidos por el programa como aportadores de los primeros campeones y medallistas de los Juegos de la XXXI Olimpiada Río de Janeiro 2016.
Fue como si la muy brasileña y especialmente carioca ceremonia inaugural del viernes hubiera insuflado energías suplementarias a los pobladores de la Villa Olímpica, algunos levantados desde bien temprano para luchar a brazo partido por sus laureles.
Del acto nocturno en el gigantesco y simbólico estadio Maracaná solo comentaré como uno de sus indiscutibles méritos el homenaje a legendarios deportistas brasileños, ya fuese en la conducción de la bandera olímpica —entre los que sobresalió el baloncestista Oscar—, o en el traslado de la llama que encendió el pebetero —Guga Kuerten y Hortencia—, y finalmente el maratonista Vanderley de Lima. Lo digo porque honrar, honra, como igual trascendió la entrega por parte del alemán Tomas Bach, presidente del COI, del laurel olímpico al atleta keniano, Kipchoge Keino, campeón olímpico en México 1968 y todavía a sus 76 años incansable promotor de las bondades del deporte entre niños y jóvenes.
De los primeros desenlaces en la arena olímpica comienzan a nacer las leyendas, afloran los contrasentidos y paradojas que hacen estallar los pronósticos de los entendidos. Se destrozan corazones de unos; laten a ritmo apasionado y se fortalecen los de otros.
ARGENTINA, PRIMER ORO AMERICANO
Difícil era presenciar una primera jornada del certamen de judo donde no estuvieran en ninguna de las dos finales representantes del país que es su principal cultor y donde se creó, como tampoco de la nación anfitriona, potencia mundial y líder continental. Saben me refiero a Japón y Brasil.
En la categoría inferior femenina (48 kg) la cubana Dayaris Mestre aventajó a la campeona olímpica defensora Sara Menezes y aunque hubo un cubo de agua fría local el golpe se mitigó con la esperanza de retener el cetro en América, lo que se vino abajo al sucumbir luego la Mestre frente a una surcoreana.
Solo quedaba la argentina Paula Pareto, que en la final panamericana de Toronto 2015 había cedido ante la cubana, lo cual no era ni remotamente significativo en comparación con tener a la campeona mundial japonesa de obstáculo semifinalista. No solo envió a la nipona a luchar por un bronce que finalmente conquistó, pues también superó a la coreana para la proeza de su vida deportiva y abonar la progresión del deporte de su país en los últimos tiempos.
Y para quienes quisieron sepultar a todo el deporte ruso de golpe, e impedir su presencia en Río por la culpabilidad solamente demostrada a unos cuantos, pareció como una respuesta que desde el primer día Rusia inaugurara el casillero de los oros. Lo hizo por intermedio del judoca de los 60 kilogramos Beslan Mudranov, uno de los 271 deportistas que finalmente pudieron integrar su delegación avalados por las distintas Federaciones Internacionales, según determinó el COI.
INICIALES DE ESTADOS UNIDOS Y BRASIL
En la mitad de la tarde sabatina, los reyes estadounidenses del medallero aparecían solo en la columna plateada, sobrepasados por el poderío colectivo coreano varonil en el tiro con arco. De inmediato entraron en su ambiente dorado gracias a la puntería de la tiradora Virginia Thrasher, especialista en el rifle de aire a 10 metros.
Por cierto, el deporte del tiro en la clasificación masculina otorgó a Vietnam su histórica primera medalla de oro olímpica por intermedio de Yuan Vinh Hoang, quien consiguió mantener en la final la estrecha ventaja sobre el brasileño Felipe Almeida Wu, ambos beneficiados por la estrepitosa caída en la parte decisiva del chino Wei Pang, quien en la ronda de clasificación de 60 disparos les había sacado abultadas ventajas respectivas de nueve y 10 puntos.
Viet Nam se convierte en el país número 98 que cuenta con monarcas olímpicos. Solo exhibía hasta esta memorable jornada dos medallas de plata conquistadas una en taekwondo, en Sydney 2000, y otra en halterofilia, en Beijing 2008.
Noten la prerrogativa perenne de las sedes. Fallaron los cálculos en judo, pues ahí está el tiro para proporcionar la primera medalla a Brasil. Adviertan de la misma manera que en una fotografía sin identificativos para los medallistas sería prácticamente imposible determinar cuál de ellos es el brasileño.
El triunfo del ciclista belga Greg Van Avermaet luego de más de seis horas de pedaleo trepidante frente a otros 143 rivales me hizo meditar sobre aquellos que siempre insisten en comparar. Habrá otros oros que no precisen tanto derroche energético. Y también los que necesiten más.
Igual me hizo sonreír al recordar que en medio de una improvisación narrativa se identificó como “bélgico” a un deportista de ese país. Y con esta aparente nota humorística me despido hasta la próxima.