Por Enrique Montesinos Delvaty – enriquemontesinos@gmail.com
Río de Janeiro, Brasil, 13 de agosto de 2016.- Apenas dos jornadas del certamen atlético de los Juegos Olímpicos Río 2016 y saltan a la vista los nuevos héroes que tronchan las ilusiones de los establecidos de consumar una hazaña para la historia.
Nada menos que tres súper estelares del sector femenino campeonas olímpicas tanto en Beijing 2008 como en Londres 2012 y en condiciones físicas, técnicas y sicológicas para convertirse en la primera tricampeona del atletismo han visto esfumarse sus sueños.
FENOMENAL RECORD DE ALMAZ AYANA
La primera fue la excepcional fondista etíope Tirunesh Dibaba, monarca en Beijing 2008 de los 5.000 y los 10.000 metros y en Londres 2012 de la segunda distancia.
Acá en suelo carioca corrió como nunca antes en su vida y lo más que pudo conseguir fue una medalla de bronce y el honor de haber participado en el desempeño femenino colectivo más espectacular en las 25 vueltas a la pista, cuando cuatro mujeres bajaron al unísono de 30 minutos y quedaron entre las cinco mejores de todos los tiempos.
Otra etíope, la novel Almaz Ayana, fue la impedimenta principal en la triple coronación de su compatriota. Campeona mundial en los 5.000 metros, casi que impuso en la distancia doble el ritmo más rápido de la primera derivando en el pavoroso récord universal de 29:17.45 que pulverizó por
más de 14 segundos la anterior primacía de 29:31.78, al parecer trofeo histórico intocable donado por la china Junxia Wang desde 1993.
Alice Aprot Nawowuna, kenyana líder durante los 5 primeros kilómetros en un 14:46.81 presagiador del inédito desenlace quedó fuera del podio, más su cuarta posición en 29:53.51 la convierte en la quinta histórica. Si no es recordista de su país se debe a la presencia de su compatriota campeona mundial Vivian Jepkemoi Cheruiyot, que lo impuso con 29:32.53 al llegar en segundo lugar.
Además de toda esa ensoñación, las trece primeras cronometraron récords de área, récords nacionales o mejores rendimientos personales.
MICHELLE CARTER EN BALA
El mismo viernes en el círculo de impulsión de la bala se produjo un hecho similar. La estadounidense Michelle Carter adivinó un último intento de 20.63 metros y no solo hizo el disparo de su vida y el más sobresaliente de un gigante atlético como su país, sino que también destrozó los pronósticos de los entendidos.
Y pulverizó las ilusiones de la neozelandesa Valerie Adams de ganar sus terceros Juegos en forma consecutiva. La Carter respondió con 19.82 en el segundo intento al 19.79 inicial de Adams, pero ésta arremetió con un sólido 20.42 que nadie se atrevió a tocar hasta la sexta y última ronda.
Solo Valerie había superado el muro de los 20 metros, más a la norteamericana le salió el 20.63 final y en medio de la estupefacción pudo responderle con otra impulsión de ese rango (20.39), pero solo suficiente para consolidar su medalla de plata.
LA VELOZ ELAINE THOMPSON
Pasó la era de Shelly Ann Fraser-Pryce. Llegó la de Elaine Thompson (derecha). Los rostros lo dicen todo.
Eso fue el viernes. El sábado se repitió la dosis en otra área diferente del deporte Rey, en este caso la velocidad. En otra área geográfica. Sus principales protagonistas del continente americano.
Al concluir las semifinales femeninas de los 100 metros, la nota interesante fue comprobar la presencia en la lucha por medallas de las tres representantes de la pequeña Jamaica, lideradas por la consagrada en Beijing y Londres Shelly Ann Fraser-Pryce y la nueva sensación Elaine Thompson, ambas cronometradas en 10.88 en sus respectivas series.
También se percibió que la doble campeona estaba lista para dar batalla y defender su título al hacer su mejor carrera del año, si bien alejada del 10.70 personal o el 10.74 de la precedente temporada 2015.
En cambio la Thompson no explotó todas sus reservas. Se le vió cómoda y amenazante. La sangre joven. Corrió 10.70 y empató a Shelly en el cuarto lugar de las mujeres más rápidas. Fue apenas en julio último, no en el 2012 como su compañera.
Así las cosas era predecible lo que ocurrió. Victoria contundente de Elaine Thompson en magnífico tiempo de 10.71, en tanto que la Shelly, sin perder su fulgurante salida de los bloques de arrancada y progresando este año hasta 10.86, tuvo que conformarse con medalla de bronce, adelantada también por la estadounidense Tori Bowie en 10.83, quien ya había mostrado un 10.78 este año.
Seguramente ambas podrán disfrutar sobre lo más alto del podio cuando corran en el relevo 4×100, pues fuerzas le sobran y hasta la novel Christania Williams hizo marca personal de 10.96 en semifinales.
SI ARDEN LAS BARDAS DE TU VECINO…
Después de este trio de fracasos por convertirse en tricampeonas, seguramente otras pueden estar pensando en aquello de “si ves las bardas de tu vecino arder, pon las tuyas en remojo”
En el atletismo femenino solo queda un caso, el de la jabalinista checa Barbora Spotakova, vencedora inobjetable en Beijing y Londres, recordista mundial (72.28) que este año comanda la lista de resultados con 66.87 metros en junio.
¿Conseguirá la Spotakova la proeza de ser la primera tricampeona, o será una cuarta víctima del implacable paso del tiempo?
Eso se sabrá el martes cuando tengan lugar las clasificaciones o el jueves en la gran final.
¿Y qué me dicen del sector varonil? En masculino no es un hito ganar tres veces. El discóbolo estadounidense Al Oerter conquistó cuatro cetros sucesivos entre Melbourne 1956 y México 1968. Su compatriota Carl Lewis lo imitó en salto de longitud desde Los Ángeles 1984 hasta Atlanta 1996.
Pero en el área de la velocidad nadie lo ha conseguido. ¿Pasará a la historia este domingo por la noche el portento jamaicano Usain Bolt?
