Podría sonar como autoreferente o quizás egocéntrico, sin embargo me resulta inevitable buscar en La Habana trozos de Chile. Orgullosa de mi tierra, apenas pisé tierra isleña comencé instintivamente a buscar referentes criollos y buen indicio fue hallar frente a la residencia un monumento al ex presidente chileno Salvador Allende Gossens, quien es homenajeado con un busto y una avenida en La Habana. Justo frente a mis ojos y alzando su mano derecha, el ex gobernante mira el cielo celeste revolucionario, ese que quiso ver en Chile.
Por Erika Rojas Salazar (Chile)
Primera noche y los recuerdos de mi familia a 7 mil kilómetros de mi terruño comienzan a invadir mi mente. Sola en la habitación bebo gaseosa nacional y me dispongo a conectarme virtualmente con Chile; no lo logro, insisto, enciendo la televisión y lentamente me aletarga el Caribe.
Día libre en La Habana y busco compañía en esta extraña y desconocida ciudad. Recorro sus calles y frente al terminal de buses un viejecito de cuerpo frágil interrumpe mi andar solicitando atención y algunas monedas: ¡México! Dame unos pesos… levanto mi cabeza y le comento que soy de Chile.
Sergio, como se llamaba el cubano de 75 años, se puso contento con mi respuesta. No sabía la razón de su sonriente rostro. ¿Conoces a Miryam Hernández?. Sí, le respondo con prisa y seguridad. ¿La has visto en vivo?, le consulto… No no, en videos… y me gusta mucho. Me sentí reconocida… el cubano de voz baja no no me habló de Allende, pero sí de la cantante chilena de baladas románticas y que ahora reside en Miami.
Sergio se ofreció a caminar junto a mí hasta la Plaza de La Revolución y nuevamente en el camino me confunden con mexicana. Ya no corrijo nada…. me fotografío junto a Camilo Cienfuegos y Che Guevara y Sergio se pierde bordeando la plaza.
Primer día de clases y Silvia me vuelve a recordar mi país. La delgada y morena señora lleva atada a su cuello banderas de Chile en un lienzo que sujeta una única llave. Me comenta que se la regalaron hace un tiempo y sigue sin inmutarse con su labor.
Pese a que siento que el nacionalismo en mi país no es tan exacerbado como en Cuba, estas pequeñas pistas y huellas chilenas me inflaron el pecho y me sentí representada con estos pequeños detalles a 7 mil kilómetros de mi querido Chile
Restan 12 días para abordar el avión y es tiempo de buscar conexiones más profundas con mi terruño.