La conquista del título latinoamericano de mayores en San Salvador, con el solitario, único representante nacional en el certamen, Víctor Marcelo Aguirre, representa un logro inédito en la historia de este deporte en el Paraguay y un episodio cumbre en la carrera de quien a sus cortos 20 años se ha convertido en el más importante cultor de la disciplina en todos los tiempos en tierra guaraní.

Por Pedro Garcia Garozzo – pggsport@cdfenix.com.py

Cuando apenas tenía 13 años, Marcelo comenzó a mostrar sus naturales aptitudes y su don de liderazgo al ser artífice de la conquista del título latinoamericano general de su categoría, en un pionero emprendimiento de la Federación Paraguaya de Tenis de Mesa, que albergó la competencia en  el coliseo de la Secretaría Nacional de Deportes de Asunción.

Antes, nunca se había registrado en el país una competición de este nivel, si bien la historia de la disciplina quedó marcada con los históricos campeonatos abiertos del Paraguay, que atrajeron a figuras de diversas latitudes, en los años cincuenta y sesenta especialmente. Después se cortó la vigencia de aquellas competiciones en los setenta y el hecho influyó para que se produjera un profundo letargo en la modalidad hasta que en los noventa advino una generación nueva, de la que Marcelo es el verdadero ícono.

Su gestión en San Salvador fue simplemente sobresaliente. Ganó todos los partidos de la categoría máxima y obtuvo por primera vez para el Paraguay tamaño título. Siendo solitario representante paraguayo (hecho que nuevamente se da y se viene repitiendo desde hace rato en los compromisos internacionales, cuando incluso viajaba casi niño sin acompañante alguno, ni entrenador, ni dirigente), Marcelo subió dos veces al podio, como máximo campeón y como subcampeón de la categoría menor, U 21, en la que todavía puede participar porque la edad se lo permite.

Los números de su gestión fueron éstos:

En la competencia de mayores, derrotó sucesivamente a Sanuel Galvez (DOM) 4 a 1 (12-14, 11-9, 11-5,14-12, 11-7); en octavos a Henry Mujica (VEN) 4 a 0 (11-4, 11-10, 11-7, 11-5); Diego Temperley (ARG) 4 a 1 (9-11, 11-2, 11-3, 11-7, 15-13); en semifinal a Pablo Tabachnik (ARG) 4 a 1 (9-11, 11-2, 11-3, 11-7 y 15-13). Y en la final dejó atrás al brasileño de origen oriental Cazuo Matsumoto 4 a 3 (11-7, 11-7, 11-7, 7-11, 3-11, 6-11, 11-7).

En U 21, otro brasileño, Vitor Ishy fue el rival de Marcelo en la final, infligiéndole el único contraste por 3 a 0 con parciales de 15-13, 11-8, 11-9.

En los anteriores juegos, el paraguayo venció sucesivamente en octavos a Julio Li (PER) 3 a 0 (a 2, 7 y 2), en cuartos a Matías Contreras (CHI) 3 a 0 (4, 8 y 7) y en semifinal a Eric Jouti (BRA) 3 a 1 (8, -6, 8, 10).

El logro de Aguirre que es el mayor triunfo del tenis de mesa nacional en todo su historial, es un reflejo más del mejor momento histórico de esta disciplina, que si bien tiene a Aguirre como estandarte, también ha sabido forjar una excelente generación de jóvenes, que ha permitido que Paraguay por primera vez y con equipos de divisiones formativas, ganara dos sucesivos ascensos en sus primeras incursiones en los mundiales por equipos en Moscú (2010) y Dortmund (2012), escalando del anonimato absoluto a la segunda división de ascenso, tras ganar invicto la cuarta y repetir el cetro en la tercera.

Por si ello fuera poco, acaba de habilitarse en la ciudad deportiva de la Secretaria Nacional de Deportes, un coliseo propio exclusivamente destinado a las competencias de tenis de mesa, construido por el Estado y entregado a la Federación Paraguaya para su administración y usufructo.

Del 2006, cuando una directiva valiente de la Federación Paraguaya de Tenis de Mesa encabezada por Daniel Felip, se lanzó a la aventura de montar el primer certamen latinoamericano infanto juvenil en el país, a nuestros días, este deporte marca una ruta de progreso inédita que merece ser congratulada y constituye todo un edificante ejemplo.