Hace ya varios meses, el diario EL UNIVERSO solicitó a la Federación Ecuatoriana de Fútbol una acreditación para el Mundial de Qatar a nombre de quien suscribe esta columna, con el objeto de cubrir desde el lugar del torneo las incidencias del mismo y, especialmente, la actuación de la selección tricolor. La FEF dio largas y más largas con evasivas y respuestas diversas, siempre verbales. Entre otras, que la petición estaba en análisis.
Empezó a pasar el tiempo y a acercarse la fecha de cierre del proceso de acreditaciones. Sin nunca obtener una contestación formal, el lunes envié un correo a la jefa de medios de la Federación, Ximena Crespo explicando que no soy un turista ni alguien que pretende un carnet para entrar gratis a los partidos, soy un periodista. Le informé que he cubierto otros Mundiales -diez en verdad-, y nunca tuve problemas para acreditarme. Le mandé foto de las diez credenciales. A los cinco minutos de haberle enviado el correo, Crespo me respondió por teléfono. Empezó diciendo “Usted es extranjero”, como si ello representara un impedimento para obtener la visa de entrada al Mundial. Gustavo Alfaro también es extranjero. Y va al Mundial por la FEF. “Usted es corresponsal”, continuó, sugiriendo que debía recurrir a la AFA, en Argentina. No, soy columnista, corregí. Y no trabajo en ningún medio de comunicación argentino sino en EL UNIVERSO, me corresponde hacer el trámite ante la FEF, señalé.
Entonces jugó otra carta: “El proceso se cerró el 29 de julio”. Bueno, Ximena, pero hace meses estamos solicitando esto, ¿por qué dejaron caer la fecha de cierre sin informar nunca si darían el cupo de prensa o no…? ¿Por qué no nos informaron antes…?, pregunté. “La gente de EL UNIVERSO ya sabía que no les daríamos cupos”, fue su respuesta. Esa no es justificación, no avisaron, y ahora ya no hay más tiempo, dije. Ahí se sinceró: “Teníamos pocos cupos y preferimos darlos a medios que se comportaron objetivamente en el caso Byron Castillo, no a EL UNIVERSO, que no fue objetivo y tuvo una actitud antipatriótica. Parecía un diario chileno”.
Más allá de lo primitivo de su argumento, su respuesta confirma que se trata de una actitud revanchista, pero al mismo tiempo errónea, pues parte de una afirmación falsa. O al menos equivocada. EL UNIVERSO no fue el disparador de la noticia de que Chile denunciaría a Ecuador por mala inclusión de Byron Castillo, aduciendo que sería un ciudadano colombiano y no ecuatoriano. La especie surgió en Chile. El Universo sólo se limitó a reproducir los cables llegados de agencias internacionales, dado que las veces que se recurrió a la palabra oficial de los dirigentes de la FEF, estos se encerraron en un mutismo calculado, pero inexplicable.
En archivo constan las más de sesenta noticias publicadas sobre el caso por este periódico. Todas tratadas con gran escrupulosidad y objetivamente, sin quitar ni agregar. Y dos columnas de opinión, una a cargo de Mario Canessa y otra de quién escribe, apoyando la postura ecuatoriana. En mi caso, el 12 de junio pasado, bajo el título “Siempre fue mundialista”, sostuve lo siguiente:
“Desde lo futbolístico, era completamente injusto que se dejara afuera al equipo de Gustavo Alfaro y que entrara otro que no hizo mérito alguno para estar en Qatar. También es cierto que las reglas deben ser observadas y los principios de elegibilidad estrictamente cumplidos.
“Acontece que, buscando cualquier atajo que reparara incapacidades propias, el presidente del fútbol chileno, Pablo Milad, se aferró al salvavidas de esa partida de nacimiento que dice que Castillo es colombiano. Triste recurso, por cierto. ‘Estamos en el primer tiempo del partido y vamos perdiendo 1-0, pero queda el segundo tiempo’, fueron las declaraciones poco felices del presidente del fútbol chileno.
“Haya nacido donde haya nacido, ya Byron Castillo es ecuatoriano a todos los efectos, como ciudadano y futbolista. Vivió desde chico en la provincia del Guayas, su formación y profesionalización futbolística tuvo lugar en Ecuador, ha jugado siempre allí, ningún otro país lo reclama como hijo suyo y la justicia lo determinó ecuatoriano. Son demasiados elementos de peso en favor de su debida inclusión”.
Como si viviera en la era medieval, la Federación pretendía silenciar por completo el tema, que no se notificara ninguna información sobre Castillo, una aspiración insólita pues no se puede pedir semejante cosa a los medios. Ni el presidente de la República se animaría a hacerlo. Además, dado que estamos en la era de Internet y las redes sociales, no sirve de nada, cualquier persona se entera igual ingresando a portales extranjeros o simplemente le llega por Twitter, Facebook y otras redes sociales. Aunque los medios del Ecuador callaran, todo el mundo lo sabría. Por otra parte, se buscaba silencio como si la FIFA fuera a emitir su fallo guiada por las publicaciones aparecidas en EL UNIVERSO. La lista de las más de sesenta noticias que este diario dio a luz se consignan aparte.
El 5 de julio de 2021, el vicepresidente de la FEF, Carlos Manzur, explicó a los medios por qué no había sido convocado Byron Castillo para la Copa América, siendo uno de los mejores en su puesto en el país. Dijo textualmente a Radio Redonda: “Cada vez que hablo sobre Byron Castillo termino con problemas con Barcelona. El jugador está jugando como ecuatoriano (en LigaPro y Copa Libertadores), pero no podemos correr riesgos a nivel de competencias internacionales”. Y agregó: “En la Copa Libertadores van jugadores de toda nacionalidad, la FEF ha tomado la decisión de jugar con lo que tiene en Eliminatorias y Copa América”. Semejante declaración llegó a los despachos del fútbol chileno, sin duda. Ahora bien, ¿llevará la FEF a Carlos Manzur al Mundial…? ¿A él sí le darán una credencial…?
Más que eso, en la anterior administración de la FEF se abrió un proceso investigativo a Castillo en diciembre de 2018: “El futbolista de Barcelona Byron Castillo deberá declarar ante la Comisión de Disciplina de la Ecuafútbol el próximo 8 de enero (de 2019), luego de que la mesa le abrió un expediente por presunta alteración de documentos. Castillo, de 20 años, ha sido implicado en una supuesta adulteración de nacionalidad”. Y lo sancionó. Aún no había asumido el directorio presidido por Francisco Egas. La propia FEF dictó la suspensión, no EL UNIVERSO.
Ximena Crespo no respondió por carta nuestro requerimiento, llamó por teléfono, seguramente para que sus palabras no quedaran registradas. Me atendió con respeto, pero fue contundente y no dio ninguna posibilidad de rever la decisión: “Intente por el lado de la FIFA”, concluyó. Sin eufemismos, Crespo dio a entender que van al Mundial los medios y periodistas afines. O sea, los que sólo hablan a favor y se postran por el sándwich y la coca. Para el resto, “si no me gusta lo que dices no vas al Mundial”.
Ese es el criterio. La FEF se arroga un derecho de veto que la FIFA no le ha concedido, sí le confirió el manejo responsable de las acreditaciones en virtud de conocer mejor el panorama periodístico nacional. Pero bajo normas claras, no para utilizarlo como chantaje. Antes, FIFA acreditaba directamente, ahora facultó a sus 211 asociaciones para hacerlo. Grave error, sin dudas no pensó que se caería en estos atropellos, reñidos completamente con la ética y el juego limpio, que dice defender, y con el derecho a informar libremente y con rigor. (O)