Por: Constanza Mora Pedraza – Miembro AIPS

PEREIRA, Colombia, 22 de septiembre de 2020.- Pasaron 192 días desde que empecé mi cuarentena debido a la pandemia del Covid-19, 192 días en los que la incertidumbre y el desespero crecían paulatinamente. Durante meses enteros soñaba despierta con el día en el que el deporte, de manera presencial, volviera a ser parte de mi vida, pero al mismo tiempo, con el paso de los días, esa fecha la veía más lejana. 

El coronavirus dejó el recuerdo más triste de mi vida, al haber perdido a mi madre por su causa y a mi abuela por causa natural, pero también en un momento en el que todo es muy complicado, pues el encierro y estar sola en mi apartamento hizo más difícil soportar tanto dolor. Mis únicos alicientes en este momento son mi familia y mi trabajo, pero debo admitir que trabajar desde casa, bajo unas circunstancias tan extrañas me estaba volviendo loca. Creo que en toda mi vida, nunca había pasado tantas horas al frente de la pantalla de mi computador como en estos últimos 192 días.

Pero todo comenzó a cambiar hace una semana. Una conversación con el Presidente de la Federación Colombiana de Tenis, David Samudio, me devolvio la ilusion, no puedo expresar con palabras lo que sentí al saber que en pocos días se reanudará la competencia en mi país, aunque al pensar que poder cubrir el torneo era muy díficil, pues no se realizaría en mi ciudad y los protocolos de seguridad podrían no permitir la presencia de periodistas, me quito la sonrisa. Sin embargo, no dude ni un minuto en averiguar todo.

Otra vez la ilusión regresó al escuchar de parte del Jefe de Prensa de la Federación que, siguiendo unas estrictas medidas de seguridad, la prensa tendría acceso al escenario. Nuevamente, y sin pensarlo dos veces, hable con José Fernando Neira, el dueño de la página web de tenis para la cual trabajo y aunque con susto, miedo y temor, pero al mismo tiempo con la alegría más grande de podía tener después de casi 190 días, le dije «José, quiero viajar a Pereira, lo necesito, se que me hará bien, no solo es la parte personal, también creo que una página web dedicada al tenis debe hacer presencia en el primer torneo profesional después de la pandemia». Su respuesta de inmediato fue, ok. Pero pasadas unas horas llegaron las preguntas, en realidad crees que es buena idea? Estás segura? No te da miedo? Sabes cómo están los protocolos para viajar en avión?. Para ese momento yo ya había averiguado todo lo necesario y sin dudarlo, le dije una vez más, «yo quiero ir».

Sé que no fue una decisión fácil, y admito que la tomé bajo el desespero de salir corriendo de las cuatro paredes de mi apartamento, de sentir un nuevo aire y de sentirme nuevamente útil dentro de mi profesión. 

Sin embargo, y a pesar de estar segura, por un momento lo medite y le pedí a Dios, a mi madre y a mi abuela que me dieran la sabiduría para tomar la mejor decisión, que si viajar me iba a ayudar a salir de mi desespero, que todo se diera fácilmente y si no, que entonces me pusieran mil obstáculos. Y así fue. Al final, me mantuve en la decisión y en tres días organicé el viaje.

Salí el 16 de septiembre muy temprano en la mañana rumbo al aeropuerto, más protegida que soldado de guerra, con miedo, sí, con susto sí, pero al mismo tiempo con una gran alegría, con muchas ilusiones, con el apoyo y la bendición de mi padre Víctor Manuel, de mis hermanos Laura y Víctor Hugo y de mi madre María Stella y mi abuela Enriqueta desde el cielo, y con la idea clara en mi cabeza de protegerme al ciento por ciento y de proteger a los demás.

Ese mismo dia llegué al Club Campestre de Pereira, en medio de muchas medidas de seguridad, como en todas partes del mundo, y nuevamente, no puedo explicar con palabras lo que sentí de volver a ver después de más de seis meses a los tenistas colombianos, fue algo así como volver a nacer para mi profesión.

El peligro aún está latente, y a la fecha, Colombia suma más de 760.000 casos de contagio, este virus es para tenerle respeto, pero la situación del aislamiento es tal vez igual de difícil de manejar que el mismo virus. 

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ENGLISH

I am back. The story of my first sporting event coverage after the coronavirus pandemic.

By : Constanza Mora Pedraza – AIPS Member

PEREIRA, Colombia, September 22, 2020.- 192 days have passed since I started my quarantine due to the Covid-19 pandemic, 192 days in which uncertainty and despair gradually grew. For whole months I dreamed awake with the day when sport, real sport, would once again be part of my life, but at the same time, as the days went by, that date was more distant. The coronavirus left the saddest memory of my life, having lost my mother due to it and my grandmother due to natural causes, but at a time when everything is very complicated; because the lockdown and being alone in my apartment was more hard to bear so much pain. The only incentives at the moment are my family and my job, but I must admit that working from home under such strange circumstances was driving me crazy. I believe that in all my life, I have never spent so many hours in front of my computer screen as in these last 192 days.

But everything started to change a week ago. A conversation with the President of the Colombian Tennis Federation David Samudio, gave me the illusion back, I cannot express in words how I felt by knowing that in a few days the competition would resume in my country, although thinking that being able to cover the tournament was very difficult, as it would not take place in my city and the protocols could not allow the presence of journalists, put my smile away. However, I do not hesitate for a minute to find out everything.

Once again, the illusion returned when hearing from the Federation’s Press Officer that, following strict security measures, the press would have access to the venue. And again, and without thinking twice, I spoke with José Fernando Neira, the owner of the tennis website I work for, and although, with fright and fear, but at the same time with the greatest joy I could have after almost 190 days I told him «I want to travel to Pereira, I need it, I know it will do well to me, it is not only because of the personal issue, I also believe that a website dedicated to tennis should be present in the first professional tournament after the pandemic.»His immediate response was, ok. But after some hours the questions arrived, Do you really think it’s a good idea? Are you sure? It does not scare you? Do you know how the protocols are for traveling by plane? By that time I had already found out everything I needed to know, and without hesitation, I told him once again, «I want to go».

I know it was not an easy decision, and I admit that I made it out of desperation to run from the four walls of my apartment, to feel a new air and to feel useful again within my profession.

However, and despite being sure, for a moment I meditated on it and asked God, my mother and my grandmother to give me the wisdom to make the best decision, that if traveling was going to help me to get out of my despair, that everything happened easily and if not, that they put a thousand obstacles on the travel. So, at the end, I stuck to the decision and in three days I organized the trip.

I left on September 16th very early in the morning towards the airport, more protected than a war soldier, with fear, yes, with fright, yes, but at the same time with great joy, with many illusions, with the support and blessing of my father Victor Manuel, my siblings Laura and Victor Hugo; and the blessings of my mother Maria Stella and my grandmother Enriqueta from heaven, and with the clear idea in my head to protect myself to the hundred percent and to protect others.

That same day I arrived at the Pereira Country Club, in the midst of many security measures, as everywhere in the world, and again, I cannot explain in words what it felt like to see the Colombian tennis players again after more than six months, it was something like being born again for my profession.

The danger is still latent, and to date, Colombia has more than 760,000 cases of contagion, we must respect this virus, but the situation of isolation and lockdown is, perhaps as difficult to handle as the same virus.