Por Juan Ignacio Gallardo (España) – Director de Marca
MADRID, España, 2 de julio de 2020.- Lo primero, debemos felicitarnos todos por haber superado un desafío histórico y extraordinario: durante dos meses hemos sufrido un ‘apagón informativo’ total. Nunca antes había sucedido. Esta ausencia completa de actividad deportiva, a causa del coronavirus, suponía un reto mayúsculo para todos nosotros.
Teníamos que sacar adelante nuestros productos de información deportiva (papel, web, radio, tv…) sin información deportiva. Parecía una misión imposible.
Y lo hemos logrado con resultados notables. Ha sido un gran éxito.
Creo que es para sentirnos todos muy orgullosos.
Esta pandemia ha volteado el planeta y ha zarandeado la sociedad. Dentro de la gravedad de este escenario, es evidente que los Medios de Comunicación nos hemos visto muy afectados. Principalmente en el soporte papel.
Esto nos obligará a multiplicar nuestros esfuerzos y nuestra creatividad.
Observo que la ‘nueva normalidad’ nos amenaza con algunos riesgos importantes:
Por un lado, el alejamiento respecto a los protagonistas y a los eventos deportivos.
Confío en que las medidas se irán relajando con el paso del tiempo y que volveremos a asistir como antes a los espectáculos deportivos, pero seguro que se enfriará el contacto con los protagonistas, con los deportistas, porque en el mundo superprofesionalizado de la élite las estrellas cada vez se alejan más del periodista.
Los deportistas nos van sacando poco a poco de su territorio: Entrenamientos a puerta cerrada, ya no viajamos en sus mismos aviones, ya no podemos alojarnos en sus hoteles… Sospecho que tras esta pandemia el contacto con las estrellas se hará más difícil.
Hay que hacer entender al deportista que esta distancia no la pone con la prensa: la pone con el aficionado. Y eso a la larga es perjudicial para él.
Otro riesgo destacable es la pérdida del hábito de compra de los periódicos de papel.
El soporte papel, que ya estaba sufriendo, ha recibido un nuevo golpe letal con esta pandemia.
Kioscos cerrados, ciudadanos sin poder salir de casa, con la consiguiente pérdida del hábito de comprar y la sensación de que ya no necesitan el papel para estar informados…
Este es un problema serio y debemos buscar soluciones para incentivar la compra: personalizando la distribución, buscando otros canales de venta, potenciando la venta en bloque…
En España, los bares y cafeterías eran los mejores compradores de prensa deportiva. El MARCA estaba en casi todos los bares. Yo siempre pensé que el suelo de venta de papel sería, dentro de muchos años, los bares que nos compraran.
Pero ahora nos encontramos con un problema mayúsculo: los bares no quieren comprar los periódicos porque temen que el papel sea portador del coronavirus. Está demostrado que esto no es así, pero el miedo del cliente a un posible contagio a través del periódico nos está afectando mucho.
Estoy trabajando en algunas ideas para poder combatir este gran riesgo para las ventas.
Pero al mismo tiempo también debemos extraer enseñanzas positivas de esta pandemia:
Pienso que la prensa deportiva tiene que ampliar su campo de acción: No podemos conformarnos con ofrecer solo información deportiva. Tenemos que ser también un canal de información de ocio y entretenimiento. Durante el confinamiento se ha demostrado que el público también visita nuestras páginas web incluso cuando no hay deporte. Y consumen contenidos no deportivos que nosotros les ofrecemos. Hay que trabajar profesionalmente en ello.
Hemos podido comprobar que no es tan indispensable como pensábamos estar absolutamente pegados a la actualidad. Por supuesto que no podemos perder de vista las noticias del día… Las breaking news son muy importantes… Por supuesto hay que ofrecer muy buena información de los partidos en directo… Pero el público también quiere consumir buenas historias. Reportajes bien elaborados. Atemporales. Con un mayor cuidado en la edición y la presentación. No tengamos miedo a ofrecer buenas lecturas…
Pienso que los actuales sistemas de medición están haciendo daño al buen periodismo. Se premia lo cuantitativo y nos obliga a abusar del clickbait. Deberíamos pelear entre todos por encontrar un sistema de medición que premie la calidad. Que otorgue más importancia a los heavy users, al tiempo de permanencia en cada historia…
Esto nos ayudará a hacer mejor periodismo. Será bueno para nosotros y bueno para la sociedad.
Otra enseñanza positiva es la normalización del uso de la tecnología. A partir de ahora no todos los eventos que organicemos han de ser presenciales, o las entrevistas… Esto nos tiene que servir para crecer en el terreno audiovisual, que es el preferido por las nuevas generaciones.
Por no hablar del ahorro de dinero y de tiempo que supone la normalización de las videoconferencias y videoreuniones. Esta jornada es un gran ejemplo. Cuánto tiempo y dinero habría costado hacer esta jornada antes de la pandemia? Porque todos tenemos claro que la habríamos hecho de forma presencial, con el gasto en viajes, alquiler de un teatro, hoteles…
Las nuevas tecnologías vienen a ayudarnos. Hay que aprovechar su uso sin caer en el abuso.
Por otro lado, también creo que, en este momento, la prensa deportiva somos una herramienta fundamental para ayudar en la reconstrucción emocional de la sociedad.
El deporte es una locomotora de pasiones, de sentimientos, y la Prensa deportiva son las vías por donde circulan ese tren y esas sensaciones. Contando el deporte vamos a ayudar a que los ciudadanos recuperen su fortaleza emocional previa al coronavirus.
Somos el recreo de la sociedad. La gente viene a nosotros a relajarse, a divertirse, a disfrutar… La prensa deportiva pertenece a la gran industria mundial del ocio y del entretenimiento. Somos una actividad indispensable. Una palanca de felicidad social.
Nuestro objetivo debe ser convencer a los ciudadanos, a los aficionados, para que disfruten con nosotros, con la prensa deportiva. Tenemos que enamorar a la sociedad, que crean en nosotros. Que confíen en nosotros. Los periodistas y los aficionados debemos establecer una relación estrecha. Hay que trabajar intensamente en el concepto de comunidad.
Creo que el futuro del periodismo deportivo está todavía por construir. Y eso me encanta. Porque lo vamos a construir nosotros.
Se abren infinitas puertas y ventanas. Aprovechémoslas. Sólo necesitamos dos cosas: saber adaptarnos y no perder la pasión. Debemos transmitir pasión.
Hemos demostrado que podemos sobrevivir en las circunstancias más adversas.
Eso nos tiene que hacer sentirnos fuertes. La prensa deportiva es fuerte.
Siempre habrá historias que contar.
Siempre habrá un público que quiera escuchar, ver o leer esas historias.
Y nosotros estaremos siempre estaremos ahí para contarlas.