Por Jorge Torres Ocumárez – Presidente ACD 2002-2004
SANTO DOMINGO, República Dominicana, 12 de setiembre de 2018.- Corría el año 2001 cuando se plantea la implementación del Sorteo de Jugadores Novatos en el seno de la Liga de Béisbol Profesional de la República Dominicana. Los directivos de entonces acogieron la idea del ingeniero Daniel Aquino Méndez para que a partir del siguiente año fuese realidad lo que incansablemente planteaba a través de los medios un distinguido colega de la crónica deportiva.
Se entendió, y así lo expresa el reglamento para esos fines, que era la única forma viable para producir un equilibrio a nivel de las reservas de los equipos que conforman Lidom, sobretodo en el aspecto competitivo.
Ese pensamiento que apostaba al futuro no tan inmediato, dejó las primeras muestras con la supremacía durante la ronda regular para equipos no tradicionales y con el intercambio de campeonatos que tiene como única excepción al representativo petromacorisano.
Sin embargo, pocos sabían o imaginaban que fuera del terreno de juego podíamos encontrar talento repartido en igualdad de condiciones.
El secreto guardado se concentraba en la clase periodística especializada en deportes. Ahí se estaba produciendo una descarga migratoria hacia las diferentes oficinas de operaciones de las franquicias beisboleras del mejor y más organizado pasatiempo que inicia en otoño pero que resulta más sonoro en la estación invernal.
El ingreso de periodistas a la parte operativa ha tenido representantes más allá de las 16 ediciones que lleva celebrándose el sorteo. El nombre del fenecido Ramón Naranjo, junto a los activos Fernando Ravelo y de Luichy Sánchez, para mencionar, de manera primaria, tres casos muy conocidos de comunicadores que ejercieron las funciones de gerentes generales en el béisbol local. Ravelo y Sánchez se mantienen dentro de las operaciones de béisbol en los conjuntos Tigres del Licey y Águilas Cibaeñas, respectivamente.
La inteligencia para escoger jugadores en un sorteo de novatos ha dado impulso a los nuevos tiempos con la ampliación de personal en las oficinas de operaciones. Es precisamente ahí donde ha venido a colocarse el periodismo deportivo teniendo su base primordial, en algunos casos, en la nueva visión del béisbol a través de evidencia objetiva, específicamente a nivel de estadísticas. Este concepto se acuñó a partir del 1980 bajo el nombre de Sabermetría.
En definitiva, si el sorteo de novatos de Lidom ha sido el elemento equilibrio para la lucidez que prima cuando de competencia se trata, la inyección de periodistas también tiene nombres y números que contar. Para ello basta con reconocer el trabajo realizado por Juan Mercado en los Gigantes del Cibao, Kevin Cabral en las Águilas, Carlos José Lugo, Daniel Rufenacht y Jonathan Tiburcio con el Licey, Arturo De Oleo, Juan Julio Báez y Alberto Rodríguez, ingresados a los Toros del Este y José Gómez (Leones del Escogido), quien por un tiempo asistió al gerente general y ahora ejerce las funciones.
Ese talento que posa frente a las cámaras de televisión y aporta con su voz ante un micrófono, rinde tributo a quien en vida luchó tanto por la celebración de un sorteo de novatos, el recordado Tano Martino, cuyo nombre simboliza cada uno de los más de mil seiscientos jugadores que han sido elegidos.