Por Enrique Montesinos Delvaty – enriquemontesinos@gmail.com

Río de Janeiro, Brasil, 12 de agosto de 2016.- Uno de los temas cotidianamente abordados en el entorno de los Juegos Olímpicos es el de la seguridad, quizá porque hay colegas que en medio de tanta actividad deportiva tienen asignado el importante tema y deben responder a las expectativas cifradas en ellos.

Usain Bolt, estrella en la pista y personaje fuera de ella.

También porque ciertamente es un contenido preocupante en extremo para los temerosos que siempre están pensando en la posibilidad de ser víctimas de una agresión y no escapan aquellos usualmente disponibles para dar riendas sueltas al morbo y el sensacionalismo.

Lo cierto es que en gigantescas reuniones de cualquier índole y populosas metrópolis corrientemente se producen inevitables incidencias. Los Juegos Olímpicos y Río de Janeiro responden a dichas características. Lo que hace la diferencia es la manera de promocionarlo.

Recuerdo que en los Juegos Panamericanos de 2007 en la misma sede carioca, un taxista al transitar por cierto punto con absoluta normalidad comentó al grupo de periodistas que conducía por una amplia avenida que esa zona era peligrosa antes porque se disparaban unos a otros desde las favelas de ambos flancos y balas perdidas habían provocado víctimas.

De esos y otros detalles no se caotizó por entonces. La seguridad fue buena en aquella ocasión. Ahora, mucho más.

El trayecto del bus a Deodora lo hicimos ocasionalmente un grupo de prensa el jueves en la tarde-noche en medio de una tranquilidad absoluta. A lo largo del trayecto, se observó personal encargado de la seguridad.

En definitiva pericialmente comprobaron que los impactos en los cristales de uno de esos mismos buses de prensa fueron causados por piedras, aunque igual de lamentables por ocasionar un herido leve, además del lógico pánico por la agresión, que hasta hizo pensar y asegurar que se trató de proyectiles disparados intencionalmente. “Acto de vandalismo” fue la conclusión.

Por otra parte, en la antesala del encuentro de baloncesto entre Nigeria y España, el acostumbrado recorrido por la arena Carioca I de las fuerzas de seguridad detectó una mochila abandonada en una zona aledaña a los espectadores, lo que según el protocolo obligó a despejar de público la instalación. El director del recinto ubicado en el Parque Olímpico informó a los periodistas, a quienes no fue necesario movilizar y permanecieron en el interior junto a fotógrafos, voluntarios y otro personal de apoyo.

LA ATRACCION ATLETICA

Sin haber finalizado ningún deporte importante, el atletismo se sumó a la fiesta olímpica desde el viernes hasta la mismísima clausura del día 21, convirtiéndose en la atracción por sus 47 momentos competitivos usualmente rebosados de emotividad.

El tradicional impacto mediático de este deporte creció aquí como la espuma gracias al bólido jamaicano Usain Bolt, no solo fenómeno deportivo sino también el showman de los Juegos desde su mismísima llegada a suelo carioca antes que la llama comenzara a arder.

Señalan que las plazas más discretas se cotizan en la reventa y el mercado negro en alrededor de 300 dólares el día de las semifinales de 100 metros planos en el gran Estadio Olímpico.

El asunto del dopaje también envuelve al universo atlético. El británico Sebastian Coe, titular de la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF, por sus siglas en inglés) dejó en claro al finalizar la reunión de la entidad en esta sede olímpica que la prioridad era conseguir que los atletas rusos limpios pudieran competir internacionalmente tan pronto como fuera posible.

Se conocieron variantes en la estructura de la IAAF que serán sometidas a una asamblea general extraordinaria fijada para el 3 de diciembre. Entre ellas está la de convertir al Consejo en un cuerpo de 26 miembros elegidos para tratar esencialmente temas deportivos en tanto una Junta Ejecutiva tendrá que ver con los negocios, la planificación…

La igualdad de género continuará en proceso de fortalecimiento inducido. Se pretende que uno de cuatro vicepresidentes sea mujer y que para el 2023 puedan llegar al 50 por ciento de los miembros del Consejo.

Sin rusos acá, los kenyanos tienen a su cargo las notas decepcionantes. Un segundo entrenador fue expulsado. Resulta que dentro de la Villa los oficiales de control antidopaje quisieron ejercer su tarea con él porque llevaba la identificación de un atleta. No creyeron sus explicaciones hasta que después de obtener la muestra de orina se dieron cuenta que no era la misma persona de la fotografía.

Hospedado en un hotel porque la capacidad de su equipo está totalmente cubierta en la Villa, el técnico había entrado como visitante y al parecer pidió la tarjeta identificativa al atleta para llegar hasta algún sitio específico cuando fue sorprendido por los controladores.