La Habana, Cuba, 24 de abril de 2015.- Más de seis mil kilómetros nos separan, hay ansiedad por llegar rápido a ese lugar que se dice es un museo abierto. La Habana nos espera para vivir una experiencia inolvidable.
Por Verónica Bianchi y Víctor Flores (Chile)
Doce horas de vuelo y una maleta que es nuestra única compañía, inician esta travesía rumbo al Caribe, un lugar tan desconocido como fascinante, tan histórico como el más fiel Rocinante.
Lo primero que vemos a nuestra llegada es una frase que dice: “Otra vez siento bajo mis talones el costillar de Rocinante, vuelvo al camino con mi adarga al brazo”, y ahí entendimos que gente más que importante ha estado en ese lugar.
Dos amores nos trajeron acá. El periodismo y el deporte, dos paradigmas que se unen bajo un mismo objetivo. La pasión traspasa fronteras y con ganas de aprender cómo ese sentimiento se vive en este país, llegamos a Cuba.
Llegó el día lunes, lo esperamos con ansias y no nos defraudó. Ambos representamos a Chile y lo hicimos saber en la presentación del curso de Periodismo Deportivo en José Martí. Nuestros compañeros también se presentaron, contaron sus experiencias profesionales y pese a la diversidad de culturas llegamos a una conclusión: nuestro amor por lo que hacemos es tan grande que no importa en qué país hayamos nacido y crecido.
Tenemos los mismos intereses y eso nos va a permitir hacer grandes amistades a estas dos semanas por las que vinimos aquí a aprender y crecer. Sabemos y confiamos en que escuchando y prestando atención podremos volver a nuestro país con la maleta llena de historias que no olvidaremos aunque pasen los años.